Gran salón comedor con vigas vistas, suelos de barro originales y chimenea de hierro forjado. Los techos altos con claraboyas inundan de luz toda la vivienda. La escalera parece una escultura, una obra de arte que comunica las tres plantas del inmueble. Espacios abiertos, calidez y luminosidad. Llama la atención la gran cantidad de ventanas y ventanales que conectan la casa con el exterior.

Dos terrazas, una de ellas ubicada en la primera planta, junto a la cocina. La terraza superior, de 40 m², tiene vistas espectaculares al mar y a la catedral.

La vivienda cuenta con dos habitaciones en la primera planta. El dormitorio principal con baño en suite se encuentra en la planta superior.

Los suelos de barro y vigas de madera aportan calidez a la estancia de casi 40 m², muy luminosa por sus ventanales y techos altos, y con cerramientos de climalit. El inmueble tiene aire acondicionado y calefacción eléctrica.

La propiedad incluye un garaje de 43 m² en el mismo edificio, un privilegio por su escasez en la zona.

En todo el casco histórico de Palma encontramos muchas casas señoriales, y uno de sus elementos más característicos son sus patios. La importancia de los patios radicaba no sólo en su arquitectura, sino también en su función social, de espacio abierto y punto de encuentro.

El origen de los patios es en la época romana, pues siguen pautas de la tipología de las casas romanas. Posteriormente reciben influencias de tradición islámica. El patio en Palma tiene su apogeo con el barroco.